lunes, 11 de enero de 2010

Cronicas Rudes: HATE & SKA.


Había pocos tipos que realmente valieran la pena esa noche en el Bar. A decir verdad ni siquiera contaba los Punkis de las mesas del final, me encontraba en la barra bebiendo ya mi cuarta cerveza mientras miraba como la televisión transmitía el nuevo estelar de moda, y a la tetona idiota del momento.
Imaginé a Twiggy con su cara seria sesentera y su, a decir verdad, poco saludable delgadez, bailando para la televisión actual, no se cómo una imagen con tan poco sentido me causo gracia, quizá las cervezas ya hacían su trabajo.

Cuando ya pensaba en irme tambaleando a buscar algo a la calle, y la televisión estaba apagada y los Tops Cats sonaban con Dr. Crash, llegó Gustavo con su sonrisa enorme y de dientes muy blancos, no sé si era porque su piel de negro caribeño acentuaban sus placas al punto de hacerlas notorias de todos los puntos de vista, o porque en realidad eran envidiables esos dientes tan perfectos y alineados. Me saludó y puso su mano sobre mi hombro mientras me contaba su última aventura con Sofía, esa modette que no dejaba tranquilo a ninguno de los dos, a pesar de que yo no le tomaba mucha atención, sólo escuchaba “Sofía acá”, “Sofía allá”, “caderas de dios”, lo demás ya era la cerveza número “no me acuerdo” y el último cigarro barato que quedaba en la chaqueta. Un ambiente que realmente deprimiría al Rudie más viejo, muerto o vivo, sobre esta tierra.

Era demasiado malo todo, yo sólo esperaba a Dean para que me explicara realmente su plan frente a l nuevo negocio, y que tenía que ver yo con este. Probablemente se trataba de prestar mi apartamento para vender quizás qué sustancia ilícita, cosa que realmente no importaba mucho, necesitaba el Dinero, el piso no era gratis y el dinero legal no era suficiente, tenía más hambre que en años.

-En serio hermano, esa chica me vuelve completamente…
-Callate…- lo interrumpí mientras bebía en un sorbo eterno la última botella antes de partir a casa, ya ni ganas de bailar tenía, realmente el ambiente no era el más auspiciador, solo estaban un par de Skinets bailando el Swan Lake, mientras se golpeaban cabezazos entre si.

Me hubiera gustado estar allí en ese mismo momento golpeando a Dean hasta hacerlo sangrar de la nariz, los ojos y los oídos. Una catarsis de lo más saludable, hay que decirlo, mucha gente ya lo había probado, y me atrevería a decir que después de eso mas de alguno se volvió budista y cambio el traje por una bata de viejo maricón y pacifista. Era Dean Moriarty, el hijo de puta más canalla sobre la faz de esta hedionda ciudad.

Es difícil explicar cómo después de mi supuesta “ultima cerveza” termine bailando desenfrenado “In the City” de los Madness, no creo que haya sido mucho tiempo después de hacer callar a Gustavo He is just a boy in the city Dressed the same he's uniformly pretty. Mis brazos y mis pies una vez más al ritmo del 2-tone, era raro sentirme nuevamente vivo después de una noche en la que pude mandar todo a la mierda, esas Rudies, y esos demases de traje, ya era participe nuevamente de mi locura, Gustavo mantenía los ojos muy abiertos mientras mantenía sus pies en un desenfreno excelente, ya no faltaba nada, sólo esperar a que las cosas mejoraran, mi vida no podía irse tan rápido a la mierda, es difícil pensar en ver un Rudie muerto, menos si soy yo.

Una manera de definir aquella noche, esta noche recién pasada, solo tengo unas cuantas palabras, un adjetivo que se señala mas como un concepto… ”Hate and Ska”.

Bajo del metro y camino junto al amanecer. Las escaleras de la casona rechinan bajo mis Marteens, llego a mi pasillo, con un demonio, no me gusta lo que veo. Dean duerme su maldita ebriedad bajo mi puerta, no todo ha acabado, el día recién comienza.