jueves, 29 de mayo de 2008

Editorial Perdida: El cadaver mas grande.

Es difícil dar ideas generales de un país que traga y no mastica, dado que estaría escribiendo toda la tarde y probablemente me darían una beca para Sociología.

Con una Educación que se vende, un sindicalismo pobre y lleno de dirigentes burócratas, y una sociedad del espectáculo completa y articulada, cimentada en las propias ideas del Capitalismo (dígase neoliberalismo).

Es difícil pensar en un País nuevo. Literariamente, un País al que la única muestra de literatura, que explayan a la juventud en los Liceos, Colegios Particular-Subvencionados, Particulares (etc.) son esos manoseados poemas de Pablo Neruda, y Maria Luisa Bombal en todas sus partes (sin querer decir que estos sean malos). Pablo Cohelo se repite en muchos cursos, y “Pregúntale a Alicia” es el fetiche de los profesores sin imaginación. ¿Cómo fomentarán la literatura y las “ganas” de leer, cuando se leen los mismo libros, los cuales muchos de ellos están obsoletos en ideas, y no tienen gran atractivo para un joven?.

Hoy necesitamos leer cosas apasionantes, algo crudo. Algo en lo que nos veamos reflejados y no seamos simples espectadores.

Kerouac y bukowski reflejarían perfectamente una realidad en una juventud que ya no quiere limites, que quiere surgir de una Generación con ideas gastadas (la cual ahoga la sabia nueva).

Mientras Baudelaire, o incluso De Rokha, sería mas apasionante que el bacalao gordo de Pablo Neruda con su voz gangosa y lenta, leyendo los poemas mas tristes de su airada noche. Lamento dar datos tan manoseados sobre el nobel chileno, pero les aseguro que a ese poeta tan querido en la clase Alta chilena, y tan desconocido para la clase Social que vive frente al televisor con el mega dando Mekano (¿aún existe?).

Pablo Neruda está muerto, no comas su cadáver.

Cuesta escribir en este teclado, probablemente si publico esto nunca me gane un fondart.

Chile no es un País de Poetas, es el País del miedo a las ideas nuevas. Del miedo a la Literatura real.

No a los artículos de culto!. De esa manera podremos todos leer en paz.

lunes, 12 de mayo de 2008

Loka Narrativa: The Prince



No necesité mucha cabeza para darme cuenta que la noche anterior me había excedido con las botellas.

Y es por eso que nuestra juventud se paga con resaca. Entierro mi rostro en el almohadón, y recuerdo exactamente -retorcidamente- lo que ocurrió aquella noche. De lo siguiente no me hago responsable.

Uno, y con esto terminamos.

La noche se achacaba en la neblina, mientras unos pokemones al otro lado de la plaza bailaban extrañamente, por no decir que parecían el team “vergüenza ajena”. Con la mirada seguí por un momento un furgón de carabineros, que aparecía rauda y alarmantemente por una esquina.

Carlos acababa su cigarro y echaba el humo hacia el cielo, como si quisiera convidarle un poco a las estrellas. Camila rastreaba su aburrimiento, y con repetitivas miradas invitaba a ir por allí a patear basureros, o ocuparnos de algo que no fuera ver como el grupo de pseudos inadaptados, que estaba al frente, se divertía mas que unos pendejos progresistas como nosotros.

Entonces nos dispusimos los tres a caminar por el centro, algo nos podía ofrecer la ciudad en medio de toda esta oscuridad.

Viña yacía en el total silencio, y decidimos comprar alguna cosas “buenas” y dirigirnos a la playa. Mientras me acomodaba en las rocas del casino, Carlos comenzó sus discursos existencialistas, yo me esforzaba tratando de abrir la botella con la boca .

-¿no han pensado en donde estaríamos ahora si la noche no existiera?

-esa es la pregunta mas estúpida que pude haber escuchado – exclama Camila, yo suelto una carcajada mientras lucho con la tapa medio congelada.

-¿estúpido?, vamos, si en realidad lo piensas, tiene un maldito sentido.

- lo es, si no existiera la noche, probablemente, ni siquiera tu existirías – digo mientras escupo la vencida tapa, y bebo el primer sorbo.

Claro que era estúpido, sin la noche, no hay día, por lo tanto suena tonto tratar de pensar en la NO existencia de ambos. Pues bien, bebimos, saltamos, corrimos, pateamos en realidad un basurero, y este no grito.

Carlos seguía corriendo por los bordes, y yo cantaba como un idiota The prince de los Madness, no quiero recordar mas allá de eso, pero tampoco puedo pasar por alto la sensación de sentirme digno de mi juventud. No se nos pide pensar mucho. Y si pensamos somos dignos del mundo.

Cuando aun amanecía, Carlos ya no podía caminar mas, Camila echaba improperios hacia un enemigo inexistente, y yo sentado miraba mis zapatos mientras sujetaba mi sombrero. A decir verdad no tengo idea si amanecía, solo que bajo mi chaqueta no sentía mayor frío, al diablo, ni siquiera recuerdo bien ese detalle.

Camila se acurruco en mi hombro, y Carlos roncaba como una vaca apoyado en la banca de la Plaza donde comenzó la noche, ya no habían voces gritando, ni adefesios bailando. Solo era el fin de la noche y el punto de regreso a casa, Camila me beso la mejilla y sin ninguna palabra se fue, este detalle es real, pues ella desapareció, se fue a su casa sin decir adiós. Golpeé a Carlos en el hombro, y el se despertó lanzando un ruido como ahogado.

-Que hora es?.

-ni idea, Camila se fue.

-¿adonde?.

-a casa.

-¿la dejaste irse sola?

-golpea mas fuerte que yo.

-pues tienes razón Rude…- Carlos se levanto, y camino un poco- ¿no vendrás?.

-no caminamos para mismos lados, solo vete, estoy demasiado mareado para convencerme de caminar.

Carlos desapareció, y quede solo en aquella plaza. No me costo mucho llegar hasta casa.

De todas formas la noche me devolvió sano y salvo, Pero todo esto me costó una resaca.