sábado, 21 de febrero de 2009

Starman.

Para Susana.

La mañana lluviosa se asoma entre las nubes negras del cielo. Me duele la cabeza, el brazo izquierdo adormecido bajo la almohada. Al moverlo siento ese hormigueo infernal quemándome los nervios.


“Un día sábado lluvioso en nuestra querida capital, los pronósticos dicen que en la zona central del país gozaremos de lluvia hasta pasado el lunes de esta semana entrante, así que santiaguinos, ¡prepárense para el fin de semana mas húmedo en años!. Y bien, cuando son las 9:30 de la mañana, esto es David Bowie con Starman en radio Horizonte…

Didn't know what time it was, the lights were low, I leaned back on my radio…”


El agua hierve sobre la cocina, mientras hecho el café en el vaso, seguido de las dos cucharadas de azúcar. Una noche difícil, escribir es tedioso, y ese celular que nunca para de sonar. Es bueno apagarlo todo de vez en cuando.

Bebo un poco, y me acerco a la ventana, la gente corre por las calles, y el agua amenaza con escurrirse en tiendas y almacenes. Recuerdo el diario, debe estar bajo mi puerta como cada fin de semana, todo este ambiente sabático me hace parecer el hombre mas despreocupado del mundo, tomo la bata para disimular mi ropa interior, y me dirijo pesadamente a la entrada.

Cojeo, una pequeña lesión de hace unos meses atrás. Rodé por las escaleras de mi edificio, persiguiendo a Marla, que se escapaba tras haberme lanzado cuanta carta, flor, beso, abrazo y noche que yo le había regalado. Al verme allí tirado, con mi pierna derecha en una posición digna de Film gore clase B, no pudo mas que exclamar que no lamentaba nada de lo que me había pasado y se fue mientras yo gemía de dolor.

Me agacho y tomo el diario cubierto por una inútil bolsa con el logotipo de la empresa repartidora. Me asomo al pasillo, las goteras suenan fuerte sobre las cacerolas que puso la casera para capear el agua que se escurre por todas las bijas de este edificio inmundo.

Me echo sobre el destartalado sillón, y con los dientes desgarro el molesto envoltorio del periódico. Me dispongo a leer un poco antes de vestirme y salir un rato, la lluvia nunca ha sido un impedimento para refugiarme en algún cine.

Ojeo, los artículos no distan mucho de los de la semana pasada, nada que no pueda encontrar en algún sitio o blog literario de mala muerte. Peleas políticas, farándula sin sentido, escritores manoseados. El celular reposa boca abajo en la mesa, apagado y en silencio, mi opción favorita.

Lo observo, ¿si lo enciendo llamaría alguien importante?. Probablemente sean esos estúpidos de redacción pidiendo algo nuevo. Es hora de ponerme en la posición de que si no les escribo nada pronto el dinero dejara de llegar a mi cuenta. Eso es peligroso.

Siempre me han parecido un tanto molestos los celulares, interrumpen todo lo que los rodea. ¿Duermes?, suena el celular, ¿Estas en el escusado?, suena el celular, ¿haces el amor? Suena el celular, ¿En el cine?, y válgame Dios que esto es cierto, suena el celular.


Meto mi cabeza bajo el grifo, mientras tomo el jabón con mi mano derecha. Me restriego los brazos, espuma abundante. Estiro un tanto mi pierna derecha aprovechando lo tibio del ambiente, Marla me dejo mas que un corazón roto. Me dejó una pierna, una dignidad y una autoestima completamente destrozadas.

Esa tarde estuve gimiendo de dolor algunas horas antes de que me encontrara alguien en el hall del edificio, lamentablemente llovía como hoy, y nadie se atrevía a salir para refrescarse. Por lo tanto se comprende que hayan demorado tanto en el rescate.

Me arrastré, maldije, mande saludos reiteradas veces a la madre de Marla y volví a maldecir su existencia. Esto sirvió para que me encontraran.

Me acomodo el abrigo mientras busco el bastón que me presto Carlos, “creí que tendría que pasártelo cuando estuvieras 40 años mas viejo” dijo mientras lanzaba una enorme sonrisa de amistosa burla.
Lo tomo, su forma me hace recordar a Alex de la Clockwork Orange, elegante como para lucirlo en la calle, pero eso acompañado de mi aspecto, me hace ver como un loco, pero lo necesito, tanta escalera, vereda y camino por delante me convierte en dependiente de este instrumento.

Saliendo de casa lo observo, el celular. Lo tomo, probablemente lo encienda en el transcurso de la tarde.

Cojeo junto con el bastón, el sonido de este al golpear el suelo se fusiona con el crujir de la madera vieja y húmeda. Comienzo a bajar escalón por escalón, un accidente puede costarme la otra pierna, pienso que sería cómico ver a un hombre cojo de ambas piernas. ¿Que es lo que pienso?, es lo mas estúpido que pudo cruzarse por mi mente.

La insistente lluvia cae sin compasión sobre todo lo que ose desafiar su fuerza. Entre mendigos, comerciantes callejeros, y locos de remate, nos repartimos la inclemencia del frente de mal tiempo.

Es raro, caminar con paragüas y a la vez con un bastón me hacen sentir el anciano que no soy. Vamos, con mis 28 años nadie puede decir que estoy viejo, estoy entrando al principio del final: los 30 años. Pero es un principio al final de cuentas.

Decido dejar de huir y me refugio bajo un paradero. Me siento en la banca de este, y saco un cigarro. Lo enciendo y aspiro hondo. Hace frío, y es una locura haber salido de casa para cumplir con mi rutina. El cine me da la vida, y no es una metáfora cuando lo digo. Los de redacción me persiguen por una crítica que aún no hago. Lo recuerdo bien, saco el celular, aprieto ON.

Espero un momento, mientras fumo tranquilamente, sin importar el diluvio que tengo a mi alrededor. Fumo, saco otro cigarro, y sigo fumando. Suena.
-¿Aló? - contesto.
-Gustavo, has desaparecido dos semanas, ¿Dónde esta tu crítica?.
-Marla, ya les dije que estará para mañana, no entiendo porque han insistido llamando toda esta semana.
-Eres una rata Gustavo, ¿sabes que día es hoy?.
-Sábado.
-Pues bien, el tiraje con tu crítica es mañana, no nos das el tiempo de incluirla. Y lo sabes, todo esto es como si te gustara hacerme enojar.
-Al menos es mi venganza por hacerme rodar por las escaleras.

Una risa se escucha al otro lado del teléfono, Marla parece captar el obvio mensaje. Un golpe bajo para que asuma su propia culpa en mi estado anímico y de salud.
-¿Insinúas que todo esto es mi culpa? - Exclama.
-En lo absoluto - miento.
-Vamos, no mezcles lo que paso esa tarde en que resbalaste, con nuestro trabajo, sabes que no es bueno.
-Tu eres la que recuerda ese episodio, yo solo cojeo y es suficiente para mi.

Se escucha un suspiro de resignación al otro lado de la línea, la tengo exactamente donde quería. Lamiendo su culpa en todo este asunto, en todo mi malestar. El silencio se apodera de la conversación.
-¿Qué película veras hoy? - se atreve a romper el silencio.
-Donnie Darko, la ultima de Richard Kelly.
-Dicen que es buena.
-Podrías hacer la crítica tú.
-No jodas Gustavo. Y ve pronto al cine, no vayas a pescar un resfriado.
-¿Como sabes que estoy bajo la lluvia?
-Llueve en toda la ciudad, idiota - Corta el teléfono.

Miro un poco el oscuro cielo, es hora de caminar un poco.

Llego a la boletería, una joven con pinta de universitaria sedienta de dinero me recibe con una dopada sonrisa. Su jockey rojo y su uniforme me recuerda mas a una cadena de comida rápida que a la de un cine. En cualquier momento le pido una hamburguesa.

- Una para Donnie Darko, función siguiente - le digo, mientras saco el dinero de la billetera, ella balbuceando un discurso, que seguramente le enseñaron en alguna capacitaron de segunda, teclea el ordenador e imprime una boleta y me la entrega.
-Su entrada señor, disfrute la función.

¿Cómo?, ¿Aló Moscú?. ¿Qué a pasado con la antigua entrada de cartón?, esa que atesorabas en tu billetera o agenda. Esa que guardabas para mostrársela a tus futuros hijos, o a alguna señorita. El cine comienza a convertirse en un espacio igual de frío que el ambiente que lo rodea allá afuera. Es probable que las cintas próximamente sean solamente reproducidas de forma digital. Y un carajo.


Me siento en la butaca, pasan comerciales, unos cuantos trailers, y de nuevo estoy en el cine próximo a vivir una nueva aventura que me dará dinero para seguir viviendo.
Observo, los subtítulos se leen bien, todo en orden, mi bebida en el asiento, el bastón bajo la butaca, el sonido agarrándome lo oídos. Minuto 35, comienzo a quedarme dormido.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno¿?....




















Me Encantó! :D


Te Amé!


Uff todo me encantó, la lluvia obvio ke fue lo primero ke me cautivó, esa hostoria de por sí ya atractiva y todo el tiempo con la lluvia que me trae nostalgia y emoción, es sencilla y encantadoramente, UN PLATO.

No te mueras nunca!


Y jamás dejes de escribir.


Agur!

Atte.

Marianne Rude.

Celeste Buendía dijo...

Me encantan esas historias desgarradoras porque soy tan enferma que disfruto imaginándome que todo es cierto y que hay algún pobrecito sufriendo bajo la lluvia

Eres tan cool, por eso soy tu fan Nº 1 (H)

Anónimo dijo...

Tomar la lluvia como elemento...
Cuantas veces hemos caido en el mismo cliche?
acaso un dia de sol, o una noche estrellada, o una mañana nublada no sirven como escenario?
No me hagas caso, mi sequia literaria me pone de mal humor, sobre todo cuando tengo unas cuantas historias, desaparecidas por ahi, y que son demasiado iguales a otros cuentos que he hecho.
Simplemente señor Vanni, un gusto volver a tener tu prosa on line. Espero sigas entregando esa vision oscura pero a la vez regocijante de esta ciudad y sus rincones.
Una critica?...
Veamos primero la contratapa del libro.

Saludos

Clautista.cl dijo...

Me mataste. Me hiciste recordar algo casi de calidad DEJA VU que casi me arranca la cabeza de cuajo. Es como si le hubieras dado caza a mis recuerdos y descubierto la causa de mi ahora hilarante CRAC.
Sorprendidisimo.
Vas a ser grande. Sigue en esto y te lo ruego, sigue informandome cada vez que reaparezca el olor a tinta en el ambiente. Un abrazo y buena caza!

Anónimo dijo...

Mmm, me siento presionada a hacer un comentario mínimamente inteligente o con algo de contenido para no dejarte mal y que piensen 'oooh, qué clase de juntas tiene este hombre :/?'. Pero a la chuuucha xD.

Mm debo admitir que mi primer pensamiento fue 'lluvia', pero no me explayaré porqe no quiero caer en lugares comunes y mm quiero ser especialmente distinta xD. Y han hablado mucho de la wea o_ó.

Y yo tenía razón, no has cambiado nadita xd. Es un comentario neutro, sin ningún tipo de carga negativa xd. De hecho, está bien xd.

Ah, y oye :O, mm sobre esa cosa de Fuguet 8-) ... tu secreto está a salvo conmigo ;D!

Y sí, soy una caca y una mina terriblemente poco profunda :).

anti-beba dijo...

lluvia, frio & más lluvia.. esos dias son para tomarse un minuto de tranquilidad & tomar una siesta quizas D:
nosé porque mierda escribi eso.. bss lindo ^^

Srita Nair dijo...

aveces creo que es mejor decir un comentario corto y preciso, porque las palabras sobran.


Me gustó bastante.

Anónimo dijo...

La primera visita (comentario) se despide con un "agur"... me recuerda a alguién que extraño y que hoy seguro está bajo la lluvia (si, en febrero) y con ello olvido lo que pensaba escribir... jum... algo bizarro como en comentarios ajenos puedes encontrar recuerdos cercanos...

Gran post. Notable.

Paperdoll dijo...

...
no quiero que ningún sujeto comente mis películas ¬¬
jajaja cero autocrítica!

Bowie es una especie de carnada visual jajaja amo a ese sujeto por diosh!
y déjame subir algo maldita sea :]!
jejejje te quiero au revoir!

Un tobillo menos dijo...

Holaa, entré acá y confieso que es un lugar completamente nuevo para mí, tus textos obvio, me dejaste leyendo todo, cosa que no me pasa con muchos textos, como lo que te pasó con esa película (o era una historia ficticia?) que te quedaste dormido al minuto con 35, yo me desconcentro al segundo... con el tuyo no me pasó, felicitaciones y encuentro que sí, la lluvia es un escenario quizás trillado, pero nunca deja de cautivar, el tuyo me sor pren dió :) chaaao, te agregué a fb D: