Ok, hace tiempo que no ponían nada como un intermedio al
cuento “Las cosas” (O ”en caso de emergencia” en la versión más proto rockera
de Sangreconleche). Pero creo que es difícil escribir cuando tu vida se transforma
en un apocalipsis zombie, sin zombies, y
sin nadie en las calles. Yo lo he comprobado andando en la tabla por el Valparaíso
lleno de madrugada. Honestamente creo que ideas hay muchas, pero en cuentos
como el que estamos escribiendo es necesario por lo menos en las letras
sentirte un héroe.
¿Por qué un héroe?, porque solo en los cuentos que
escribimos podemos serlo. Por muy triste que esto se escuche. Y bueno, me quedo
en silencio frente al teclado y me pregunto, ¿Por qué una historia de zombies?,
¿por qué escribir sobre una sociedad devastada y la soledad propia de los
personajes?, cuando en la vida real esta soledad es casi igual de profunda, y
no hay un paralelo para no volvernos locos.
No somos héroes ni en los cuentos que escribimos. Ni en la
vida real. ¿Y qué importa?
Claramente seguiremos escribiendo, gracias a los que se han
dado una vuelta a leer lo que ponemos, pero recuerden que todo es una mentira.
Y que difícilmente llegará algo para salvarnos, algo tan hermoso como un
apocalipsis zombie.
La realidad supera lo que escribimos. Una noche sin
estrellas, y con ellas aburridas de escucharnos es peor que cualquier “cosa”
comiendo cerebros frente al puesto de completos en bellavista. La realidad
supera nuestras letras.
(Ese soy yo, en una fusión rara con Sangreconleche)
2 comentarios:
Pablo, hueón, por qué somos tan hueones?
puta wn...no se..
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