En menos de dos segundos desperté en una luz que me cegaba. No pude llorar, pero la resaca que me embargaba me ahogaba en arcadas penitentes.
Por mi culpa. Por mi culpa. Por mi gran culpa.
Me senté en un costado de la cama, y tomé mi cabeza entre las manos, temblaba, hacia frío. Cerré la ventana y me dirigí con pesadez al baño. Me arrodille, subí la tapa y escupí todo el alcohol en un dolor inexplicable.
Me duele. Me duele. Me duele. Escúchame, por favor.
Abrí la llave, el agua caía tibia, insolente sobre mi cuerpo, yo miraba como esta se iba por la cañería.
No recordaba nada de la noche anterior, solo se que ocupé demasiado tiempo en esta. Todos son recuerdos vagos, bordeados por colores negros, y caras sin forma.
Ahora
Tomo el abrigo negro, y bajo los escalones rojos hacia el centro, la lluvia ha cesado, pero el frío se adueña de las calles. Aun me duele la cabeza, pero caminar es lo único que me distrae.
La vida…caminar sin fin. Desde el nacimiento, se comienza a morir. Con cada respiro se comienza a agonizar.
Creo recordar algo de anoche, una mujer…Carla. ¿Por qué gritaba?, ¿Me estaba regañando?, ¿quería que me fuera?, no lo se.
Cada paso se me hace mas pesado, el dolor de cabeza me golpea las sienes, ¿me estoy volviendo mas viejo?, ciertamente
Ya no recuerdo la voz de Carla y la noche se ha diluido completamente, me he vuelto viejo al pestañear, y el alcohol me ha hecho olvidarme de todo.
Pero…¿Qué?...aun soy joven…
Los vicios no me dejan avanzar…¿avanzar?, ¿hacia donde?, ¿Qué?...
Todos los Niños del mundo felices.
Me refiero a…joder, la plaza se me hace pequeña ante tantas ideas.
Tomo el celular, me siento solo en esta banca, ¿Cuánto tiempo he estado pensando?.
-Carla?
-si, con ella, ¿Quién habla?.
-Soy yo…
-Camilo?
-Si..
-¿Dónde estas?, nos dejaste preocupados…
-En la plaza del centro, sentado…
-eres un inmaduro , Camilo –recuerdos sueltos, disipados- ¿Cómo pudiste actuar
de esa manera?.
-no recuerdo lo que hice, aun soy joven, y tengo derecho a reventarme.
-¿joven?, claro que lo eres, pero tampoco eres un niño.
-camino para acá me sentí viejo, envejecido, puede ser la falta de aire.
El atardecer a desaparecido, y la noche a tomado su lugar (algo elemental). Carla no me explica nada, todo se ha vuelto silencio, y su respiración se mezcla entre el ruido del celular.
-te quiero – me dice.
-yo también te quiero…pero me siento solo a pesar de eso.
-¿solo?, si actúas como lo haces hasta ahora…te quedaras solo.
- ya lo estoy.
- no diga eso…me tienes a mi…
-ya ni eso basta, honey …
-…
-…
-adiós.
El teléfono se corta, y me quedo solo frente a la oscuridad del a noche rota por las luces de la ciudad.
El frente una pileta blanca golpea su agua contra el viento…me levanto…camino, y veo el agua que reproduce mi reflejo.
Todo esta aquí en frente mío. allí estoy yo.
¿Qué ves?
Me veo decrepito, me vuelven a pesar los pies. Veo un anciano. Ya no soy joven, ya no me desespero…todo paso hace tanto tiempo…¿Por qué me quede callado en el teléfono Carla?...¿Por que no te aproveche?...
Todo empezo hace tanto tiempo…pero ya… Acabó.